Mathieu van der Poel se coronó en “La Classicissima” al imponerse al gigante italiano Filippo Ganna, quien terminó en segundo lugar, mientras que el campeón del mundo, Tadej Pogacar, cerró en la tercera posición en el primer monumento ciclista de la temporada, la Milán-San Remo.

A falta de 30 kilómetros para la meta, el ritmo se volvió endemoniado, superando los 57 km/h, dejando únicamente al escapado Martin Marcellusi, quien fue alcanzado antes del ascenso definitivo a la Cipressa.

En ese punto clave, donde Alberto Contador, leyenda del ciclismo mundial, señaló que podría ser la mejor oportunidad para que Pogacar conquistara esta carrera, el UAE Team lanzó su ataque comandado por el esloveno. Sin embargo, Van der Poel y Ganna lograron resistir los embates del campeón del mundo, quien aún a un kilómetro del final mantenía la esperanza de conquistar el primer monumento de la temporada.

Tras el vertiginoso descenso del Poggio, que puso a prueba el dominio y las habilidades de manejo de los favoritos, el trío de escapados sacó una ventaja de 40 segundos sobre el reducido pelotón perseguidor. Pero los constantes ataques de Pogacar terminaron por soltar a Ganna, quien llegó a perder hasta 17 segundos respecto a los líderes.

La persecución de Ganna fue emocionante. A falta de 6 kilómetros para la meta, Van der Poel lanzó un ataque demoledor contra Pogacar, quien ya estaba prácticamente sin energía tras sus intentos de llegar en solitario y adjudicarse la Milán-San Remo.

El italiano logró conectar con los fugados y, tras tomar un breve respiro, se colocó a rueda de Van der Poel para después imponerse a Pogacar, relegándolo al tercer puesto.

No cabe duda de que este monumento, pese a ser el más “fácil” en cuanto a topografía, es el más complicado de conquistar. Sin embargo, no sería extraño que Tadej Pogacar logre esta ansiada victoria en alguna ocasión en el futuro.