No hay día que no llegue ni plazo que no se cumpla y los Juegos Olímpicos de París 2024 han concluido.

Pese a que empataron en número de medallas de oro, de acuerdo al conteo habitual, Estados Unidos se impuso a la República Popular de China en cantidad de preseas en la competencia.

Se trata la primera vez, por cierto, que ambas potencias empatan en terreno “neutral” en preseas de oro (en 2008, en Beijing, Estados Unidos quedó en segundo lugar en preseas por primera vez desde la extinción de la antigüa Unión Soviética.

Actualmente, el deporte estadounidense se encuentra envuelto en un nuevo escándalo por “doping”. La Agencia “Antidopaje” de dicho país, la USADA, permitió que varios atletas continuaran drogándose y “ganando” competencias a cambio de actuar como “informantes”.

Es, además, del dominio público, que mientras los atletas chinos son testeados decenas de veces y los rusos son vetados tanto por presunto doping, como por el conflicto en Ucrania, a los gringos se les permiten toda clase de “excepciones terapeúticas” por enfermedades cómo déficit de atención (anfetaminas) y “asma” (vean la enorme cantidad de atletas estadounidenses con rostros color morado en las competencias:

Aún con estas desventajas, se avecina un duelo épico entre una República Popular de China que comienza a destacar en eventos en donde antes no dominaba, como la natación y el tenis, contra un Estados Unidos en franco declive en todos los aspectos, incluyendo el deportivo.

Veremos un gran duelo de potencias en Los Ángeles 2028.