El fútbol mexicano ha sido testigo de innumerables encuentros que han quedado grabados en la memoria colectiva de los aficionados. Sin embargo, el reciente partido entre el Club Pachuca y el Club América será recordado no por las hazañas deportivas en el terreno de juego, sino por una ausencia notable: la falta de transmisión en cualquier canal de televisión o plataforma digital, tanto en México como en Estados Unidos. Esta situación, derivada de disputas legales entre Grupo Lauman y FOX Corporation, refleja una preocupante indiferencia hacia la afición y pone en evidencia las deficiencias en la gestión del fútbol mexicano.
La raíz del problema se encuentra en las tensiones entre Grupo Lauman, operador de FOX Sports México, y FOX Corporation. Grupo Lauman perdió la licencia para utilizar la marca FOX Sports, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro de sus operaciones en el país. Además, se han señalado millonarios adeudos por parte de Grupo Lauman hacia clubes como Pachuca y León, lo que ha afectado la estabilidad financiera de estos equipos.
Estas disputas legales han tenido consecuencias directas en la transmisión de partidos. La plataforma Tubi, propiedad de FOX Corporation, anunció que no podría transmitir el encuentro entre Pachuca y América debido a restricciones legales. Esta decisión dejó a los aficionados sin acceso al partido, evidenciando cómo las disputas corporativas pueden perjudicar directamente a quienes sostienen el espectáculo: los seguidores del fútbol.
La Liga MX, como ente rector del fútbol mexicano, ha mostrado una preocupante pasividad ante este conflicto. Su falta de intervención efectiva para mediar entre las partes y garantizar la transmisión de los partidos demuestra una desconexión con las necesidades y derechos de la afición. Es fundamental que la Liga asuma un rol más proactivo para evitar que intereses empresariales perjudiquen la experiencia de los seguidores y la integridad del deporte.
Este episodio debe servir como un llamado de atención para todas las partes involucradas. Las disputas legales y financieras no pueden seguir afectando el acceso de la afición al fútbol. Es imperativo que se implementen mecanismos que prioricen la transparencia, la responsabilidad y, sobre todo, el respeto hacia quienes hacen del fútbol una pasión: los aficionados. Solo así se podrá garantizar que el espectáculo en el campo no se vea eclipsado por conflictos en los tribunales.