Si bien la delegación mexicana no tuvo los logros esperados en los recientes Juegos olímpicos de París 2024, hay uno que otro mexicano top mundial en el deporte. Una es Paola Longoria, quizás la mejor atleta mexicana de la historia, con la mala fortuna de que su disciplina (raquetball), donde es la mejor exponente de todos lo tiempos a nivel mundial, no es deporte olímpico. No hay mucho más de ese calibre, pero si hay un mexicano que está a poco de conseguir imponer un récord histórico en el deporte, esto es, en el futbol.
Se trata de Mikel Arriola, que si bien no es deportista (vaya, si lo es, pero en pelota vasca) ha desafiado los presagios de incluso los más pesimistas (realistas) desde que este político, caído en desgracia, del sexenio más corrupto de la historia de México (EPN) ha llevado desde la presidencia de la Liga Mx a una caída en picada al futbol mexicano, con sus decisiones (en mucho a instancias de la asamblea de dueños de clubes) demenciales y suicidas, como la eliminación del descenso/ascenso (se mata con ello, fácil, a un tercio de la competencia abonando a la mediocridad y la burla a la afición), también del torneo de copa domestico (todo país potencia en el futbol tiene una o hasta dos copas paralelas a la liga y a las copas internacionales), proliferación de extranjeros, no pocos de ellos oportunistas, el espantoso y aberrante invento de la Leagues Cup, bodrio de torneo que se juega en los Estados Unidos sí y solo sí para hacer dinero (dólares) en total detrimento del aspecto deportivo, cual es, por cierto, el sello de buena parte de un egresado del ITAM (dinero, sin importar los medios).
En fin, la gestión de este individuo al frente de la Liga Mx ya es histórica para mal, ya que su espeluznante gestión se refleja en todo sentido, desde estadios vacíos en Ligas (que antes eran para buscar permeabilidad deportiva) como la Expansión o la Premier, así como la tercera división, en el rotundo fracaso de la Leagues Cup (tan nadie la quiere jugar qué hay una fuerte multa a quien se atreva a criticarla), una gestión para la llegada de un fondo de inversión que va mal, tan mal que no pocos se atreven a vaticinar qué no se logrará (esto último de la mano del virtual presidente de la Federación Mexicana de Futbol) y más, mucho más; la actual gestión de este individuo (ajeno al 100% al medio futbolístico nacional) va por un récord casi seguro, ya que una vez llegados a un punto de no retorno (todo, excepto lejano), habrá consumado un retroceso de 45 años en menos de tres, para el deporte más popular en México, uno que dolorosamente ha convertido en una prostituta, y justo en el peor de los momentos: en el que México será anfitrión de una Copa del mundo, ni más ni menos...