Los ojos del mundo están depositados en la competencia olímpica que se está celebrando en Francia. Acceder a las transmisiones, de hecho, es una forma sencilla a través de las distintas plataformas de información que están a nuestro alcance. Eso significa que, con una programación amplia, tendremos la oportunidad de seguir el curso de principio a fin. Para tal efecto, lo dijimos, estamos con la expectativa de lo que México puede alcanzar en cada una de las disciplinas. En este mismo espacio de opinión, a propósito, fuimos muy objetivos al decir que, en ese sentido, la delegación mexicana tendría muchas chances de alcanzar medalla en boxeo, tiro con arco, taekwondo, clavados y caminata. Teniendo muy claro eso, tenemos la esperanza que en otros deportes, por el progreso que se ha tenido, alcance posiciones que, en definitiva, muestran que se está trabajando.

Desde este espacio de opinión, en efecto, hemos insistido que hay un compromiso sólido del presidente López Obrador no solamente en lo político, social y cultural, sino en el plano deportivo. México, que siempre ha estado presente en este tipo de competencias mundiales, ha llegado a Francia para alcanzar algunas metas que se trazaron. De hecho, fue muy importante el aporte económico y, desde luego, los premios que se prometieron por alcanzar la cúspide en el podio. Se estima, ya lo dijimos, que más atletas mexicanos sean merecedores de una medalla olímpica. Alejandra Valencia, Ana Paula y Ángela Ruiz, ganaron la medalla de bronce. A ellas, evidentemente, todo nuestro reconocimiento y admiración por la demostración que han dado en un marco como el de París.

Ese mismo escenario, repito, es igualmente prometedor en otras disciplinas que, en los próximos días, habrán de celebrarse. México, por ejemplo, tiene la obligación en ese tipo de competencias de mostrar la capacidad. Hay, en ese sentido, suficientes argumentos para decir que, hoy por hoy, nuestro país es muy superior a otros en los deportes que citamos en los fragmentos anteriores. Desde luego, no será una tarea fácil, ni mucho menos un trámite. Sin embargo, tenemos que reconocer que estamos muy por encima de muchos territorios, especialmente en este tipo de encuentros mundiales.

Desde ese punto de vista, hay que aceptarlo así, la delegación mexicana ha tenido el mérito de poder competir con los mejores atletas del mundo. Debemos reconocer el esfuerzo y las ganas que cada uno imprimirá, empero, tenemos que aceptar, por la enorme diferencia, que hay superpotencias con una supremacía mayúscula. Países como China, Estados Unidos, Australia y Japón, son ampliamente favoritos para dominar las distintas disciplinas. Lo mejor de todo es que, en los próximos días, están por venir los cierres espectaculares o, mejor dicho, las finales. Es imperdible, por ejemplo, el voleibol varonil y femenil. O la misma natación que, en cada uno de los Juegos Olímpicos, rompe los paradigmas al superar cifras históricas en récords.

Suele ser espectacular, de igual forma, las carreras de atletismo individuales y por equipo. Cómo no recordar a Usain Bolt, un jamaicano que rompió todas las marcas establecidas en esa disciplina. Todo es posible, claro está, si la preparación y el potencial juega a favor, pero sobre todo las virtudes naturales de cada uno de los participantes.

La buena noticia es que todavía habrá competencia en distintos deportes. Es decir, viviremos al máximo el cierre espectacular que está por venir. México, por supuesto, tiene todo el apoyo de una sociedad que tiene mucha confianza y esperanza de qué se alcance la cúspide en las mayores disciplinas posibles. Algo parecido a lo que realizó Prisca Awita, que ha hecho historia al ser la primera participante mexicana en ganar una medalla en judo. El triunfo, desde luego, se debe al carácter que mostró y al empuje que hay que imprimirle en los momentos cruciales. A ella, desde este espacio de opinión, el reconocimiento por romper todas las barreras y, de paso, demostrar qué sí se puede.